DESARROLLO LINGÜÍSTICO.


Al igual que la memoria, la competencia lingüística es fundamental para el procesamiento de la información. Los alumnos en los primeros niveles de su desarrollo educativo se empiezan a familiarizar con el código alfabético logrando la adquisición del lenguaje escrito.
Por otro lado, en cuanto al desarrollo oral a los diez años se suele dar por concluida la adquisición de fonemas del lenguaje, así como el conocimiento y el uso de las estructuras sintácticas más complejas de la lengua, el incremento del vocabulario y la reorganización de los términos.
El niño acumula conocimientos sobre el mundo físico y social que comparte con quienes se encuentra a su alrededor, también logra la conversación con sus compañeros de acuerdo a sus gustos e intereses. Una tarea común que la docente les puede asignar es pedirles que comenten las experiencias y emociones que les atraen más, diferenciando los diversos contextos socioculturales en que los alumnos se desenvuelven.
Cuando los infantes se encuentran entre la adquisición del lenguaje escrito y el desarrollo cognitivo ambos actúan en un doble sentido, ya que tanto la lectura como la escritura benefician los procesos en los que se construyen significados, así como lo cognitivo permite la comprensión de lo que se lee. La comprensión lectora se define como una actividad cognitiva compleja, a partir de los signos lingüísticos el alumno procesa información textual y le da significado con lo que conoce. Cuando el alumno lee un texto debe extraer las ideas esenciales que transmite el escritor y conectarlas coherentemente a fin de establecer una idea clara.
Una situación frecuente que se presenta en el aula son problemas de aprendizaje relacionados con la lectura y la escritura, ya que la forma de enseñanza no ha sido adecuada. De este modo se presentan dificultades para realizar las tareas que la docente asigna, debido a que no se comprende lo que la maestra está indicando.

Por último hay que tomar en cuenta que la comprensión lectora es una actividad cognitiva de alto nivel en la que intervienen un conjunto de habilidades lingüísticas y hace que los alumnos logren el uso competente del lenguaje escrito.

De igual manera se ha observado en el aula que cuando el alumno no llega adquirir una buena decodificación pierde el gusto por la lectura, esto ocasiona que lea menos, pierda la oportunidad de aumentar su vocabulario, y no tenga el mismo acceso al conocimiento.

En este caso la docente puede crear la motivación mediante las canciones, rimas, o juegos, que permiten a los alumnos conocer algunas de las unidades en que se segmenta la palabra, incluso, antes de que se inicie la enseñanza formal de la lectoescritura. Una vez que el niño logra la práctica lectora cobran más relevancia los procedimientos de reconocimiento visual y directo de las palabras que encuentran en textos y objetos de su entorno; así mismo leen con fluidez prestando atención a la puntuación y la entonación.

El alumno debe hacer uso de diversas estrategias que le permitan comprender el texto, por ejemplo: que pueda interpretar un cartel, un cuento, una carta, este tipo de actividades de comprensión lectora promueven el interés de un aprendizaje significativo hacia la lectura.

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